El kéfir acuático es una bebida probiótica llena de beneficios para la salud. Se elabora a partir de gránulos de kéfir de agua, que son una combinación de bacterias y levaduras beneficiosas. Estos gránulos fermentan el agua azucarada y producen una bebida ligeramente efervescente y llena de probióticos.
Si estás interesado en elaborar tu propio kéfir acuático en casa, aquí te presentamos un paso a paso detallado de cómo hacerlo.
Consigue gránulos de kéfir de agua
Lo primero que necesitarás para elaborar kéfir acuático son los gránulos de kéfir de agua. Estos gránulos se pueden conseguir en tiendas especializadas en alimentos fermentados o a través de comunidades de intercambio de kéfir. También puedes pedirlos en línea.
Los gránulos de kéfir de agua son pequeños y translúcidos, con una textura gelatinosa similar a la de las gelatinas. Pueden variar en tamaño y forma, pero todos tienen la capacidad de fermentar el agua azucarada y producir kéfir.
Mezcla agua filtrada con azúcar
Para comenzar la fermentación del kéfir acuático, necesitarás mezclar agua filtrada con azúcar. En un recipiente de vidrio, mezcla 1 litro de agua filtrada con 40 gramos de azúcar. El azúcar proporciona el alimento necesario para que los gránulos de kéfir fermenten y produzcan probióticos.
Es importante utilizar agua filtrada para evitar la presencia de cloro u otros químicos que puedan afectar la fermentación del kéfir.
Agrega los gránulos de kéfir al agua azucarada
Una vez que hayas mezclado el agua filtrada con el azúcar, agrega 4 cucharadas de gránulos de kéfir al recipiente. Asegúrate de utilizar utensilios de plástico o madera para manipular los gránulos, ya que el metal puede dañarlos.
Los gránulos de kéfir comenzarán a fermentar el agua azucarada y a multiplicarse a medida que pasan los días.
Añade limón y pasas al recipiente
Para darle sabor al kéfir acuático, puedes añadir medio limón y 20 gramos de pasas al recipiente. El limón aporta un toque cítrico y las pasas añaden un ligero dulzor.
El limón también ayuda a equilibrar el pH del kéfir y a prevenir el crecimiento de bacterias no deseadas.
Tapa el recipiente y deja fermentar durante 48 horas
Una vez que hayas añadido el limón y las pasas, tapa el recipiente con un paño o una gasa y déjalo fermentar a temperatura ambiente durante 48 horas. Durante este tiempo, los gránulos de kéfir fermentarán el agua azucarada y producirán probióticos.
Es importante no sellar herméticamente el recipiente, ya que la fermentación produce gas carbónico que necesita ser liberado.
Cuela el kéfir y añade el limón sin exprimir
Después de las 48 horas de fermentación, cuela el kéfir para separar los gránulos de la bebida. Utiliza un colador de plástico o acero inoxidable para evitar dañar los gránulos.
Una vez que hayas colado el kéfir, añade el medio limón sin exprimir a la bebida. Esto le dará un sabor más cítrico y refrescante.
Guarda el kéfir en la nevera para fermentar más
Una vez que hayas añadido el limón sin exprimir, guarda el kéfir en la nevera para que siga fermentando y generando efervescencia. La fermentación en frío es más lenta, pero permite que el kéfir siga desarrollando sus propiedades probióticas.
Es importante utilizar un recipiente de vidrio con tapa hermética para almacenar el kéfir en la nevera y evitar la entrada de olores o sabores no deseados.
Abre la botella de kéfir para liberar el gas carbónico
De vez en cuando, abre la botella de kéfir para liberar el exceso de gas carbónico que se produce durante la fermentación. Esto evitará que la presión dentro de la botella aumente y pueda llegar a explotar.
Al abrir la botella, es posible que notes una ligera efervescencia y un sonido similar al de una bebida gaseosa al destaparla.
No llenes completamente el recipiente para evitar explosiones
Es importante no llenar completamente el recipiente de kéfir para evitar que explote debido al ácido carbónico. Deja un espacio libre en la parte superior para que el gas pueda expandirse sin causar daños.
Si utilizas botellas de vidrio con tapa hermética, asegúrate de no apretar demasiado la tapa para permitir la liberación del gas.
Añade fruta o infusión y fermenta durante 24 horas más
Si deseas añadir más sabor al kéfir acuático, puedes hacerlo agregando fruta o una infusión. Puedes utilizar frutas como fresas, arándanos o mango, o hierbas como menta o jengibre.
Añade la fruta o la infusión al kéfir y deja fermentar durante 24 horas más a temperatura ambiente. Esto permitirá que los sabores se mezclen y se intensifiquen.
Si no lo usarás pronto, congela el kéfir en un frasco
Si no tienes planes de consumir el kéfir acuático pronto, puedes congelarlo en un frasco de vidrio. El kéfir se congela bien y conserva sus propiedades probióticas.
Simplemente vierte el kéfir en un frasco de vidrio, dejando un espacio libre en la parte superior para que el líquido se expanda al congelarse. Luego, coloca el frasco en el congelador y consérvalo hasta que decidas utilizarlo.
Lava los gránulos de kéfir y resérvalos para futuras producciones
Después de cada fermentación, es importante lavar los gránulos de kéfir con agua no clorada para eliminar cualquier residuo o impureza. Utiliza un colador de plástico o acero inoxidable para lavar los gránulos.
Una vez que los hayas lavado, resérvalos en un recipiente con agua azucarada en la nevera hasta que estés listo para hacer otra producción de kéfir acuático.
Conclusión
El kéfir acuático es una bebida probiótica deliciosa y llena de beneficios para la salud. Con unos simples pasos, puedes elaborar tu propio kéfir acuático en casa y disfrutar de sus propiedades probióticas.
Recuerda conseguir gránulos de kéfir de agua, mezclar agua filtrada con azúcar, añadir los gránulos al agua azucarada, agregar limón y pasas, dejar fermentar durante 48 horas, colar el kéfir, añadir el limón sin exprimir, guardar en la nevera, abrir la botella para liberar el gas, no llenar completamente el recipiente, añadir fruta o infusión, congelar si no se va a utilizar pronto y lavar los gránulos de kéfir para futuras producciones.
¡Disfruta de tu kéfir acuático casero y de sus beneficios para la salud!